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El peregrino entra en Caminha por la parroquia de Âncora, por caminos forestales, pasando por el Ponte da Torre (finales del siglo XVII), un puente bajo de piedra que, antes de la construcción del nuevo camino real en 1856, permitía el paso de personas y mercancías por el río Âncora. En Vila Praia de Âncora, se encuentra el Dolmen da Barrosa. Junto al mar, la imponente Fortaleza de Lagarteira y, siguiendo el paseo marítimo, la Capilla de San Isidoro, de carácter histórico centenario. El alpendre de refugio es testigo del apoyo de los peregrinos a Santiago. Entre el mar y la montaña se puede ver el Forte da Ínsua y la Playa de Moledo. En Caminha: la Torre del Reloj, la fuente de piedra del siglo XVI, la Casa de las Pittas, la Iglesia de la Misericordia y la imponente Iglesia Matriz. De camino a Vila Nova de Cerveira visitará el Arte Rupestre en el monte de Góios, con motivos únicos en el territorio portugués. La ruta pasa por asentamientos residenciales rurales, salpicados de bellos ejemplos de la mejor arquitectura Alto Minhota. Destacan iglesias, capillas y casas solariegas, que terminan en el Centro Histórico de Vila Nova de Cerveira y su Castillo, alrededor del cual se desarrolló la villa medieval.